Los futuros del crudo WTI han caído más de un 3% en la sesión de Asia de hoy, registrando un mínimo de 6 días en $31.55, extendiendo la corrección desde el máximo de 11 semanas que se vio el martes en $34.81. La relajación en los últimos 2 días provino de un informe de Bloomberg que cita fuentes no identificadas, que Rusia tiene la intención de comenzar a aliviar los recortes de producción acordados a partir de junio. Curiosamente, Reuters informó fuentes no identificadas el martes, que Rusia busca extender los límites actuales de producción hasta julio. Queda por ver quién tiene razón. Desde entonces, el contrato de julio se ha movido por encima de sus mínimos, y permanece dentro de su banda comercial de una semana.
Sin embargo, la corrección parece estar de regreso ya que USOIL se recuperó hoy a $32.70, revirtiendo casi el 50% de las pérdidas de la semana. Esto se produce cuando las perspectivas generales para el petróleo siguen siendo alcistas, ya que se deduce el exceso de oferta y la demanda aumenta lentamente.
La adhesión de la OPEP + a los recortes de producción previstos es alta, aunque Rusia desea aumentar la producción en julio. La producción de los Estados Unidos continúa disminuyendo en medio del cierre forzado de cientos de pozos de esquisto, con los precios actuales que hacen que tales operaciones sean inviables. Por el lado de la demanda, se dice que China e India están aumentando las importaciones, mientras que el uso de combustible en general ha ido en aumento a medida que las economías emergen del bloqueo.
En general, siempre y cuando la recuperación incipiente no se vea afectada por una segunda ola de infecciones por COVID-19, el riesgo del precio del petróleo en el futuro parecería estar al alza. Sin embargo, desde una perspectiva geopolítica, las amenazas de Estados Unidos con respecto a las sanciones en Irán y Venezuela podrían agregar presión a las perspectivas del petróleo.
Venezuela sufre una escasez de combustible refinado, a pesar de tener las mayores reservas de petróleo del mundo. Venezuela se encuentra en la cima de las reservas de petróleo más grandes del mundo, pero debe importar gasolina porque la producción se ha desplomado en las últimas dos décadas, y muchas personas culpan a la corrupción y la mala gestión de la administración socialista en medio de una crisis económica que ha llevado a una gran migración de venezolanos que buscan escapar de la pobreza, escasez de bienes básicos. La gente ha tenido que soportar la escasez de necesidades básicas como alimentos y medicinas, que obligaron a 4.8 millones a huir del país el año pasado. La inflación alcanzó el 800,000% el año pasado.
Por lo tanto, Teherán envió 5 petroleros a Venezuela este mes, con 2 ya entregados, que transportan alrededor de 1,5 millones de barriles de combustible. Según el presidente de Irán, Hassan Rouhani, existe un gran riesgo de que el país tome represalias si los otros petroleros no llegan o son bloqueados por Estados Unidos.
Además de la corrupción política, la economía venezolana también se ha visto afectada por las sanciones de Estados Unidos, que se han dirigido principalmente a la industria petrolera de Venezuela. La producción de petróleo en el país ha caído a casi una cuarta parte de los niveles observados en 2008. La difícil situación de Venezuela ha empeorado con una caída drástica en los precios mundiales del crudo en medio de la crisis del coronavirus. El precio del crudo venezolano ha caído a menos de $ 10 por barril, su nivel más bajo en más de dos décadas, y muy por debajo del precio promedio del año pasado de $ 56.70.
Según la BBC, la administración Trump lanzó recientemente dos rondas de sanciones contra los afiliados de Rosneft por el comercio de crudo venezolano en los mercados internacionales. A fines de marzo, Rosneft anunció su sorpresiva partida de Venezuela. Desde entonces, la gasolina ha tenido que ser estrictamente racionada, y las personas hacen cola durante la noche para llenar no más de 30 litros.
Los médicos y las enfermeras se encuentran entre los obligados a hacer cola, en un momento en que el sistema de salud del país está colapsando y existe preocupación por la propagación de Covid-19.
Por lo tanto, el reciente movimiento de rescate de Irán representó una profundización de las relaciones económicas entre Venezuela e Irán, dos estados parias dirigidos por líderes autoritarios sujetos a sanciones punitivas por parte del gobierno de los Estados Unidos. Representantes de ambas naciones consideran la transacción como un signo de fortaleza.
A cambio del combustible, Irán recibió el oro enviado por la aerolínea Mahan Air a fines de abril, en un acuerdo que evita las sanciones de Estados Unidos a ambos países. Al menos nueve toneladas de oro, con un valor de aproximadamente $ 500 millones, volaron a Irán el mes pasado, según Bloomberg News. Eso deja a la nación plagada de crisis con unos escasos $ 6.2 mil millones en activos en divisas, la cantidad más baja en tres décadas.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, agradeció a Irán por su apoyo y describió a los dos países como «dos pueblos revolucionarios que nunca se arrodillarán ante el imperialismo norteamericano». «Venezuela e Irán quieren la paz», dijo en un discurso estatal televisado. «Tenemos derecho a comerciar libremente». El canciller venezolano, Jorge Arreaza, dijo que «Irán y Venezuela siempre se han apoyado mutuamente en tiempos de dificultad».
De hecho, las relaciones Irán-Venezuela se han fortalecido sustancialmente en los últimos años, ya que los dos países son aliados estratégicos contemporáneos.
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Andria Pichidi
Market Analyst
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